miércoles, 3 de diciembre de 2008

Para no olvidar

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Entre los alambres de espino de Auschwitz-Birkenau murieron y fueron asesinadas cerca de 1.500.000 personas, de las cuales un alto porcentaje eran judías. Su lugar de procedencia era variado, venían de todos los países de Europa y hablaban una veintena de lenguas. Todas estas personas tenían nombre y apellidos, padre y madre, ilusiones y proyectos. Todas tenían una cara. Todas eran inocentes. Han pasado ya más de 60 años desde que el campo fuese liberado por las tropas del ejército rojo, un espacio de tiempo suficiente como para que, en breve, desaparezcan los pocos supervivientes que quedan de aquella barbarie. El tiempo corre imparable para ellos, y cuando ya no dispongamos de memoria viva de lo que ocurrió en Auschwitz, deberemos esforzarnos por transmitir a las generaciones que vengan lo que las anteriores nos transmitieron a nosotros. En nuestras manos está. Sólo de esta forma podremos estar seguros de que algo así no vuelva a repetirse. Nunca jamás ...

1 comentario:

Jesús Rios: dijo...

La Historia esta para estudiarla, y llenarse de ella, es una manera de no volver a caer en los mismos errores del pasado.

te felicito por tu blog artista